El
cannabis sativa es un arbusto silvestre que crece en zonas
templadas y tropicales, extrayéndose de su resina el hachís. Su componente
psicoactivo más relevante es el delta-9-tetrahidrocannabinol (delta-9-THC),
conteniendo la planta más de sesenta componentes relacionados. Se consume
preferentemente fumada, aunque pueden realizarse infusiones, con efectos
distintos. Un cigarrillo de marihuana puede contener 150 mg. de THC, y llegar
hasta el doble si contiene aceite de hachís, lo cual según algunos autores puede
llevar al síndrome de abstinencia si se consume entre 10 y 20 días. La
tolerancia está acreditada, siendo cruzada cuando se consume conjuntamente con
opiáceos y alcohol. Respecto a la dependencia, se considera primordialmente
psíquica. Los síntomas característicos de la intoxicación son: ansiedad,
irritabilidad, temblores, insomnios, muy similares a los de las benzodiacepinas.
Puede presentarse en distintas modalidades de consumo, sea en hojas que se fuman
directamente, en resina del arbusto o en aceite desprendido de éste último. De
la modalidad en que se presente la droga dependerá su denominación: "marihuana"
es el nombre de las hojas del cáñamo desmenuzadas, que después de secarse y ser
tratadas pueden fumarse (también es conocida como "hierba", "marijuana",
mariguana", "mota", "mafú", "pasto", "maría", "monte", "moy", "café",
"chocolate", "chala", etc.; en inglés se la conoce como: "pot", "herb", "grass",
"weed", "Mary Jane", "reefer", "skunk", "boom", "gangster", "kif", "ganja",
etc.); su efecto es aproximadamente cinco veces menor que el del hachís. El
nombre "hachís" (también conocido como "hashis") deriva de los (hashiscins)
árabes, que combatieran en las cruzadas entre los años 1090 y 1256. El hachís se
obtiene de la inflorescencia del cáñamo hembra, sustancia resinosa que se
presenta en forma de láminas compactas con un característico olor. La marihuana
es la forma más frecuente, conteniendo de 0,3 a 3,5 % de THC; la concentración
de THC llega al 10 % en el hachís, siendo su efecto diverso según factores como
la velocidad con la que se fuma, la duración de la inhalación, cantidad
inhalada, tiempo que el consumidor retiene la respiración después de inhalar y
el estado anímico del sujeto. El consumo oral, tanto de marihuana como de
hachís, implica efectos psicológicos similares a los expresados en la forma
fumada pero de mayor intensidad y duración y con efectos nocivos potenciados. El
consumo a largo plazo de la marihuana puede llevar a la adicción, es decir, a la
búsqueda y uso compulsivo de la droga a pesar de conocerse sus efectos dañinos
sobre el funcionamiento social en el contexto familiar, escolar, laboral y
recreativo. Las personas que han consumido marihuana por largo tiempo reportan
irritabilidad, dificultad para dormir, disminución en el apetito, ansiedad y
deseos por la droga, todo lo cual dificulta el dejar de usar la misma. Estos
síntomas del síndrome de abstinencia comienzan aproximadamente al día siguiente
de empezar la abstinencia, llegan a su punto máximo a los dos o tres días, y se
atenúan una o dos semanas después de haber consumido la droga por última vez.
Según los especialistas, su consumo es la puerta de entrada hacia otras drogas
(cocaína, éxtasis y otras) más poderosas y adictivas.
La
postura antiprohibicionista afirma que si bien el consumo de marihuana
desarrolla tolerancia, es decir, que en posteriores tomas inmediatas es
necesario aumentar la dosis para conseguir los mismos efectos, los efectos de la
abstinencia son muy leves en comparación con otras drogas, lo que permite
revertir esa tolerancia y hacer que el consumo de marihuana sea controlable por
el sujeto, siendo su potencial adictivo escaso. Esto último se ha comprobado que
es mentira, ya que al legalizar su consumo se promueve su adicción. Israel ha
desarrollado una cannabis híbrida (transgénica, para algunos) medicinal que no
tiene efectos adictivos y que mejora su efecto relajante, dando la sensación de
curación.
El cannabis debido a sus propiedades
psicotrópicas es un relajante alucinógeno, por lo tanto no cura ninguna
enfermedad, sino que anula el dolor causado por estas enfermedades. Es mentira
que cura cualquier tipo de cáncer o el sida, ya que esta planta no tiene efectos
curativos sino relajantes. La anestesia usada en la operaciones en los
hospitales, se basa en la formula química de esta planta.
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